miércoles, 28 de enero de 2009

EL SECRETO DE UNA VIDA VICTORIOSA

Pro 4:18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,
Que va en aumento hasta que el día es perfecto.


INT- En nuestro caminar como creyentes, hemos tenido el deseo de amar y servir a Dios, siendo fieles, y llevando acabo en obediencia, los deseos de su corazón para nuestras vidas. Pero pareciera que cuanto más lo deseamos, nos resulta más difícil llevarlo acabo, cuanto más lo intentamos, mas fracasamos, y al final terminamos haciendo aquello, que con tanta sinceridad prometimos en oración abandonar. Y han sido tanto los intentos y tantos los fracasos, que terminamos pensando que ese estilo de vida es imposible, y que tal vez, no existe hombre en la tierra que lo pueda vivir. Por otra parte, hay otros que al no poder vivir esa vida, buscan en las escrituras una enseñanza que confirme lo que ellos creen.
En las escrituras podemos ver un caso de un hombre, que deseaba la presencia de Dios en su vida y fue tras ella, su nombre es David. 1Ch 13:3 y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella. 1Ch 13:4 Y dijo toda la asamblea que se hiciese así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo. En aquellos tiempos, el arca era el lugar donde moraba la presencia de Dios, así que David quería traer la presencia de Dios, al igual que muchos de nosotros tenemos ese deseo. 1Ch 13:7 Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo; y Uza y Ahío guiaban el carro. 1Ch 13:8 Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas. Aquí podemos ver que David empezó hacer su mejor esfuerzo e hicieron un carro nuevo para traer el arca a su ciudad, y se regocijaba con cánticos, danza y música, esto habla de la sinceridad y la pasión de David. 1Ch 13:9 Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban. 1Ch 13:10 Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios. 1Ch 13:11 Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. 1Ch 13:12 Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios?.
Aquí podemos ver que el buen deseo de David no fue suficiente, y por mas que lo deseo y lo intento, no fue posible. Esto describe a muchos de nosotros que queremos servir, amar a Dios, alejarnos del pecado, pero cada vez que lo intentamos, terminamos fracasando.
David pudo traer el arca a su ciudad, cuando hizo las cosas de acuerdo a la palabra de Dios.
Así tampoco nosotros podremos vivir, si no consultamos la palabra de Dios.

1- EL PROBLEMA DE NUESTRA NATURALEZA CAÍDA. La principal causa que nos impide vivir de acuerdo a los deseos de Dios, es nuestra carne, es decir nuestra naturaleza pecaminosa, pues la Biblia dice: Gal 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Aquí podemos ver, que dice que la carne se opone al Espíritu, para que no hagamos lo que queremos. También en otra parte la Biblia dice; Rom 8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; como hemos visto hasta aquí, es la carne la que nos impide servir a Dios y vivir en su voluntad.
· COMO TRABAJA LA CARNE. La carne es una parte de nosotros que quiere vivir haciendo lo que más le agrada, sin la necesidad de someterse a Dios y a su palabra. Rom 8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; En este pasaje encontramos la palabra designios y esta viene del griego fronema; denota lo que uno tiene en la mente, el pensamiento. Así que el versículo pudiera decir, que los pensamientos de nuestra naturaleza son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios y tampoco pueden. Esta es la razón por la cual, aunque queremos servir a Dios, no podemos, pues el apóstol Pablo menciona; Rom 7:15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Rom 7:16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. Rom 7:17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Rom 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Rom 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Rom 7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. En estos pasajes encontramos la función de la carne, que esclaviza la vida del hombre, de tal manera que no lo deja someterse a la voluntad de Dios, es por eso que nos resulta tan difícil servir a Dios como nosotros quisiéramos, por eso, muchos de nuestros mejores deseos se quedan en intentos frustrados, porque hay una ley dentro de nosotros que nos ata al pecado, y que no se somete a la voluntad de Dios.
· LAS OBRAS DE LA CARNE. Existe un problema muy grave al dejar que nuestra naturaleza caída nos gobierne, a lo cual nos sentimos tentados después de intentar tantas veces vivir a la manera de Dios y no poder, y el problema son las obras que la carne produce. Gal 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, Gal 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gal 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Aquí encontramos el porque de estas cosas mencionadas aquí, osea los pleitos, enemistades, celos, iras, contiendas, envidias, etc, etc.. Algunos de nosotros tenemos muchos problemas con estas cosas y quisiéramos cambiar, porque sabes que actuando de esta manera, estamos lastimando a los que nos rodean, esto es a nuestros hijos, esposa(o), mamá, papá, amigos familiares, y por consecuencia, llega el momento en que nadie quiere estar con nosotros, y sentimos el rechazo, pero queremos cambiar y no podemos, aunque sabemos que estamos lastimando a los demás, esto es el efecto del dominio de la carne sobre nuestras vidas. La Biblia dice al respecto; Joh 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hara libres. Y es aquí donde se acrecienta nuestra frustración, porque hemos querido ser libres, pues asistimos a la iglesia y pareciera que nada cambia en nosotros, y nos preguntamos el porque. En algunos casos el cambio es momentáneo, pero tarde o temprano, regresamos a lo mismo, es mas ya nadie cercano a nosotros nos cree.

2- EL CAMINO DE LA LIBERACIÓN. Es importante recordar que según las escrituras, existen dos estilos de vida, el de la carne y el del Espíritu. Rom 8:5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Rom 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. En estos pasajes encontramos las dos opciones, y es aquí donde muchos de nosotros queremos y deseamos vivir en el Espíritu, pero en nuestro diario vivir pensando que no tiene nada de malo, alimentamos nuestros propios deseos, osea nuestra carne, así que veamos como se vive estos estilos de vida.
· LA VIDA EN LA CARNE. Vivir en la carne es vivir de acuerdo a mis propios deseos, sin tomar en cuenta a Dios y su palabra, pues la Biblia dice: Rom 8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; Siempre que desobedecemos la palabra de Dios, sufriremos las consecuencias, no importa cuán insignificante parezca, lo que hacemos, traerá consecuencias sobre nuestras vidas, pues la Biblia dice: Rom 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. En este pasaje, vemos que el ocuparnos en la carne es muerte, esto significa que estaremos imposibilitados como un cadáver, no tendremos movimiento, y no podremos hacer nada, y por mucho que deseemos hacer lo contrario a la carne, no podremos, pues estamos muertos, esto es imposibilitados para actuar. La trampa de esto, es que caemos ahí, casi sin darnos cuenta, pues lo hacemos poco a poco, haciendo y aceptando cosas que Dios prohíbe en su palabra, osea pequeños detalles. Así que la vida de la carne nos agrada y nos gusta, aunque las consecuencias no, pero de momento no pensamos en las consecuencias, pues creemos que no hay nada de malo en eso. LA VIDA DEL ESPÍRITU. Esta vida se vive en obediencia al Espíritu Santo, pues el fue puesto aquí para guiarnos. Joh 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Así que es importante mencionar que el Espíritu Santo es una persona, pues según este pasaje, el posee cualidades de una persona, pues dice que el guía, habla, y escucha. También dice que mora dentro de nosotros. 1Co 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? También una de las funciones principales que lleva acabo, es liberarnos del dominio de la carne, pues la Biblia dice: Rom 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. En este pasaje encontramos nuevamente muerte, pero en esta ocasión, en contra de la carne, osea que cuando vivo según la carne, no puedo hacer lo del Espíritu, y cuando vivo de acuerdo al Espíritu, las obras de la carne mueren. Esto muestra que si quiero cambiar mi manera de ser, tengo que tener una relación estrecha con el Espíritu Santo, y así las obras de la carne morirán en mi, recordemos lo que son las obras de la carne; Gal 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, Gal 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gal 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Ninguna de estas cosas mencionadas en esta lista, tendrá poder ni autoridad sobre mi vida, pues estarán muertas por el poder del Espíritu. Esto nos enseña, que no importa cuanto me esfuerce, yo no puedo cambiar mi manera de vivir, sino que es el poder del Espíritu Santo en mi, que me librara del poder del pecado, pues la Biblia dice: Gal 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, Gal 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Este pasaje menciona que es posible vivir teniendo amor, siendo pacientes, siendo bondadosos y siendo hombres de fe, pero estas cosas son el fruto, o la consecuencia de vivir en el Espíritu, pues la Biblia dice referente a esto. Rom 8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Notemos, que dice que el gobierno del Espíritu en nuestras vidas, nos a librado del poder del pecado en nosotros, y esto solo es posible por medio de una relación con el Espíritu. La pregunta es ¿cómo puedo tener una relación con el Espíritu Santo? El pasaje de Juan 16:13 nos indica como, pues dice que el habla, y si el habla ¿cómo lo podemos escuchar?, Leyendo la Biblia, pues el Espíritu Santo la inspiro. También dice que el escucha, así que tenemos que hablarle, y ¿cómo le hablamos? Por medio de la oración. También dice que revela las cosas, esto es, la voluntad de Dios, lo cual indica, que sin el no se puede vivir una vida cristiana correctamente. También la Biblia enseña que el se entristece en nosotros, Eph 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Esto indica, que tenemos que vivir diariamente en comunión con él, porque así como por el Espíritu hacemos morir las obras de la carne, también por las obras de la carne hacemos morir al Espíritu.

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